¿de qué derecha hablamos? ¿neo-conservadores disfrazados de liberales? ¿Cuál es la izquierda?

Zygmunt Bauman en Varsovia, 2005

En estas realidades tan movedizas, líquidas como dice el sociólogo británico de orígen polaco Zygmunt   Baumann, es más que probable que sea necesario cambiar las certezas clásicas por más preguntas: ¿de qué derecha hablamos? ¿Es derecha? ¿Cuál es la izquierda?
No parece haber categorías que puedan definir para todos por igual de qué estamos hablando. Por ello las opiniones que parecen tajantes e imperativas tal vez ayuden más cuando sean atemperadas por la incertidumbre que nos rodea. Maurituille nuevamente esta de regreso de París en su constante renacer turístico de patroncito gringo  de estancia.

Probablemente no estemos hablando de derecha cuando nos referimos a Macri. Es probable que se trate de nuestro autóctono remedo devaluado de Berlusconi, que tiene modos y formas menos aparatosos pero con fines similares. Yo opino que representa sólo a sus propios intereses personales. Pero como dice alguien que sabía, “tiene que haber un príncipe que tome decisiones, sino fuerzas obscuras las tomarán por ellos”.

¿El rejuntado amarillo con tipografía Ari a quién representa? ¿A qué derecha? ¿A la agrícola ganadera, a la militar, a la especuladora de la city?

Probablemente sus integrantes, como toda la ciudadanía en medio de la obscuridad y el pánico, siguen al primero que pasa que grita fuerte al ritmo de «Queen», dando saltos de mono y reluciente como cartel de salida en el cine. Como el original italiano, es un patán, pero que tiene menos plata y ninguna experiencia de administración pública que por mas que digan no es igual a la privada.

Si sabemos observar los integrantes del pro dependen, en realidad, de la mejor o peor buena voluntad personal de cada uno de ellos, abandonados a su criterio personal más o menos formado, sin un proyecto común verdadero, sin formación específica de administración de gobierno, como sí ocurre en otros países inclusive vecinos. Dependen de buenas intenciones y un corto horizonte que les permitirá responder anímicamente a lo que ocurra sin otro objetivo de largo plazo que perdurar en el puesto.

Ese es el problema verdadero.

No creo que nuestro porvenir real, la política y lo que ocurre a nuestro alrededor deba ser analizado como hacemos con nuestros equipos de fúbol: enfrentados por los colores de la camiseta y las preferencias superficiales personales.

Es probable que sea necesario un gran esfuerzo racional y de voluntades para tratar de entender la realidad sin dejarse atrapar negligentemente por los titulares y lo superficial.

El ejercicio de la ciudadanía reclama que aprendamos respeto por todas las opiniones, procurando con esfuerzo comprenderlas más que descalificarlas, pues son eso, valiosas opiniones que me ayudan a formar la mía que no es menos o más valiosa que las otras.

En estas nuevas realidades las clases magistrales ayudan a comprender, porque transmiten experiencia y enseñan a manejar información compleja para producir nueva información con valor práctico en la vida cotidiana. Si no es así, son una opinión más, tan valiosa como las otras, pero sólo eso: una opinión.

Es probable que los ciudadanos estemos a la búsqueda de certezas donde no las hay ni las puede haber, y por ello etiquetamos sin ton ni son.

Por eso es que admiro y estoy fuertemente agradecido por la valentía de esta tertulia virtual, la de la lectora provisoria, que nos permite expresar nuestras opiniones sin tapujos ni restricciones, y que no espera acuerdos uniformes, este valioso intercambio, especie de chat en tiempo diferido que permite a cada uno ir, acompañado, formando mejores opiniones de sí mismo y de los demás.

Tal vez también sea necesario entender que si los ciudadanos no ejercemos de manera organizada, no sólo individual, nuestro poder e influencia, los lobys y otras obscuras fuerzas serán las que realmente nos gobiernen.

¿no se trata de eso el ejercicio de la democracia verdadera?

fraterno
js